Reino Unido. 1967. 105 min. Color.
Director: James Clavell.
Guión: James Clavell, E. R. Braithwaite.
Intérpretes: Sidney Poitier, Geoffrey Bayldon, Adrienne Posta, Patricia Routledge, Roger Shepherd.
Sinopsis: Thackeray es un ingeniero de color que está en paro y acepta un empleo como profesor de un curso de estudiantes rebeldes, en un colegio de los barrios bajos de Londres. Sus alumnos son un grupo de chicos desordenados, insolentes y groseros pero, en el fondo, se trata de jóvenes de buenos sentimientos. Thackeray intenta ganárselos utilizando los métodos tradicionales, pero pronto se percata de que debe cambiar de estrategia si quiere salir con éxito de la empresa.
Esta película nos muestra cómo el respeto y la lógica pueden más que la rigidez y los castigos corporales a la hora de educar a un grupo de descarriados adolescentes en una escuela de un pobre suburbio londinense de los '60.
Por supuesto que no tenemos que olvidar que estamos ante una ficción, es decir que no conviene extrapolar estas ideas a la educación actual, probablemente tampoco eran ideas potables para ese entonces.
Por supuesto que no tenemos que olvidar que estamos ante una ficción, es decir que no conviene extrapolar estas ideas a la educación actual, probablemente tampoco eran ideas potables para ese entonces.
Pero más allá de esto, la película nos muestra el poder del trato igualitario y justo. Lo que el impecable personaje de Sidney Poitier nos deja es que las ideas son más fuertes que el conocimiento, que tratando a los demás como personas se puede lograr más que tratándolos con desprecio o indiferencia.
Por último, rescato el hecho de estar viendo, casi palpando, el Londres de 1960, en plena revolución pop pre-hippie, con la rebeldía de los jóvenes y el desconcierto de los mayores. Algo que ninguna recreación de una película actual podría lograr.
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